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Carta Socioeconómica No. 29 – Hacia una agricultura eficiente y sostenible. Visión de los productores

23 julio, 2023 Fundación del Trabajo Comments Off 10 vistas

INTRODUCCION [1]

El sector agropecuario sigue siendo un pilar fundamental para el desarrollo sostenible de Panamá, no sólo porque de él depende la seguridad alimentaria de la población, sino porque ocupa una fracción importante de la fuerza de trabajo del país y es la fuente de ingresos de cerca de la mitad de la población rural.

En el largo plazo, el sector ha quedado rezagado en su crecimiento y desarrollo, debido principalmente a la falta de apoyo estatal y a políticas económicas adversas que conllevaron a su estrangulamiento relativo.

Sin embargo, en la agricultura suele persistir una gran resiliencia de los productores y una gran vocación y compromiso por su actividad, a pesar de las adversidades.

Recientemente el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) realizó el “Foro agropecuario: Cómo transformamos el sector”. Aquí, especialistas y productores exitosos mostraron experiencias y buenas prácticas en el camino hacia una agricultura eficiente y sostenible.

Productores vinculados a la producción de arroz, caña de azúcar, cebolla, café, cría de ganado, cultivo de camarones y otros productos coincidieron en que el camino hacia una mayor eficiencia y productividad es el conocimiento, la innovación, la adaptación tecnológica, la comunicación y la docencia. En esta ruta resulta fundamental la diversificación de los cultivos y actividades y la generación de mayor valor agregado, así como la formación continua de los recursos humanos.

Durante el foro los productores mostraron experiencias concretas de iniciativas para la diversificación y generación de valor agregado alrededor del cultivo de la caña, para la producción de azúcar y derivados para biocombustible y generación de energía eléctrica; así como la integración de clusters de productos agropecuarios (ganado, cerdo, arroz, cría de camarones) incorporando centros de venta (mercados y supermercados); o la producción y procesamiento de café con el turismo; entre otras experiencias.

Estos productores son ejemplo de un cambio de actitud y de visión hacia un nuevo paradigma de sostenibilidad en el sector. Y subrayan que una condición fundamental para avanzar es el acompañamiento del Estado con políticas apropiadas para mejorar el entorno del sector, particularmente en el desarrollo de infraestructura, la innovación, la adaptación tecnológica y en los diversos ámbitos necesarios para enfrentar los riesgos del cambio climático y la escasez de agua, que es factor fundamental para la subsistencia de la agricultura.

La presente carta muestra que hay ejemplos positivos de productores panameños que ya están contribuyendo al logro de una agricultura eficiente y sostenible en Panamá.

EL CAMINO HACIA LA EFICIENCIA Y SOSTENIBILIDAD

El marco de acción y el camino a seguir en la búsqueda de una agricultura eficiente está en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, particularmente en el segundo objetivo de desarrollo sostenible (ODS) que propone “poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”.

Para el logro de ese objetivo se plantean diversas metas como duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores en pequeña escala, mediante el acceso equitativo a las tierras, conocimientos, servicios financieros, tecnologías e insumos; mantener la diversidad genética de las semillas, animales de granja; aumentar las inversiones en infraestructura rural, investigación, servicios de extensión agrícola, etc.

El logro de ese objetivo depende de un marco de políticas de Estado con una visión integral del desarrollo sostenible. Depende también de factores externos relacionados con el cambio climático que afecta al mundo y que condiciona la disponibilidad del agua, factor clave en la agricultura.

Así mismo, depende de la visión y compromiso de los productores con la innovación, la productividad y eficiencia del proceso productivo en diversos rubros, superando la necesidad del subsidio estatal para sobrevivir. Existen en Panamá buenas prácticas de este cambio de visión entre productores nacionales.

VISIÓN Y BUENAS PRÁCTICAS DE LOS PRODUCTORES PANAMEÑOS

Recientemente el Consejo Nacional de la Empresa Privada de Panamá (CENEP) realizó el “Foro Agropecuario: Cómo transformar el Sector”, que contó con la participación de productores de distintos rubros que han tenido éxito en la línea de la modernización y diversificación de la actividad agropecuaria, buscando mejorar productividad, eficiencia y sostenibilidad. [2]

Los actores del foro, especialistas y productores del sector agropecuario confirmaron con sus experiencias y buenas prácticas el citado camino a seguir para avanzar hacia una agricultura eficiente y sostenible. Algunos de los énfasis expuestos se comentan en los siguientes párrafos.

Si bien el peso relativo del PIB agropecuario ha ido cayendo en el tiempo, el sector sigue siendo un componente estratégico del desarrollo nacional, por ser la base de la seguridad alimentaria de la población y porque ocupa una fracción importante de la fuerza de trabajo.

Gráfico 1 Fuente: INEC, Cuentas Nacionales y Encuesta de Mercado Labora

En la agricultura panameña siguen coexistiendo los diversos modos de producción agrícola, desde los más rezagados de la “agricultura de la coa” hasta los más modernos de una “agricultura vertical” con base en la tecnología más avanzada y fundamentada en la biogenética y en el conocimiento científico del proceso productivo. El gran desafío, es cómo integrar la producción de subsistencia y en pequeña escala a procesos más modernos, eficientes y sostenibles. Y esto requiere, además de mayores conocimientos, de políticas de Estado.

El límite a la expansión y crecimiento de la agricultura en Panamá no ha sido hasta la fecha el estrecho mercado interno. El límite lo ha impuesto la limitada capacidad productiva y baja productividad del sector agropecuario, que todavía no satisface las necesidades del mercado interno en la mayoría de los rubros y se requiere de la importación continua de alimentos. Sólo a título de ejemplo, Panamá importa anualmente un tercio del consumo nacional de arroz.

A partir de un indicador básico de producto por ocupado, la productividad agropecuaria en 2022 es un tercio de la productividad media de la economía y una fracción menor de las actividades más productivas de la plataforma de servicios del país o de la renovada minería. Si la agricultura tuviera la productividad media del país, el producto interno bruto nacional (PIB) sería 10% superior al registrado en 2022; y ello significaría que los ingresos y las condiciones de vida de los trabajadores del campo serían mucho mejores. Por esta razón, un objetivo estratégico de las políticas públicas debe ser el aumento de la productividad en el sector.

 

Gráfico 2 _*/ Se utiliza la población ocupada en abril de 2022 como aproximación al empleo promedio del año. Fuente: INEC, Cuentas Nacionales y Encuesta de Mercado Laboral

Obviamente que mejorar la productividad en la agricultura requiere de iniciativas e intervenciones directas sobre las condiciones de producción de cada rubro y de políticas y programas que mejoren el entorno del sector agropecuario.

Los productores participantes del foro subrayaron que el camino para lograr una mayor productividad, eficiencia y sostenibilidad en el sector se resume en:

Investigación         Innovación         Desarrollo        Docencia

El foro subrayó que el recorrido de esta ruta no la puede hacer el productor por sí solo. Se requiere una alianza estratégica con el sector público, la academia (centros de investigación) y la banca.

El desarrollo del sector agropecuario requiere inicialmente un proceso de diversificación y generar valor agregado. En el ámbito micro, el foro concluyó que resulta prioritario identificar vinculaciones, sinergias y oportunidades para generar valor agregado, lo cual viabiliza el aumento de la productividad,

Se mostró ejemplos claros de productores panameños en diversos cultivos como la caña de azúcar, de donde se deriva, además del azúcar (refinada o morena) alcohol carburante y a partir del bagazo la generación de energía eléctrica.

Otras experiencias son la combinación de actividades agrícolas, ganaderas, cultivo de camarones, incorporando valor agregado e incluyendo centros de venta, lo cual posibilita mejores precios al consumidor. Otras buenas prácticas se refieren al cultivo y procesamiento del café, combinado con el agroturismo.

En el país hay muchas otras iniciativas de integración de esfuerzos públicos – privados de impacto en la diversificación de la producción agropecuaria, con integración intersectorial y generación de valor agregado. Una muestra relevante son las iniciativas del Centro de Competitividad de la Región Occidental (CECOMRO), que ha logrado apuntalar la promoción de inversiones públicas y privadas para la generación de conocimientos, la innovación, la productividad y el empleo alrededor de diversas actividades agropecuarias, agroindustriales, de turismo y logística en las provincias de Chiriquí, Bocas del Toro y la Comarca Ngäbe-Buglé (https://www.cecomro.com/ ). Una expresión gráfica de sus resultados es la marca “circuito del café, que integra el cultivo y procesamiento del grano en tierras altas, con el agroturismo, lo cual ya está generando resultados beneficiosos para la región.

La diversificación e integración de cultivos con otras actividades permite generar mayor valor agregado y posibilita una mejor productividad y eficiencia.

Los productores plantean algunas condiciones y factores relevantes para el éxito:

  • El productor requiere mejorar el conocimiento de su producto o actividad (conocimiento de la naturaleza del producto, del proceso productivo y del mercado). Se trata de emprender una “agricultura de precisión”.
  • Se requiere un conocimiento de las tecnologías al alcance de la actividad y prepararse para la adaptación tecnológica.
  • Impulsar un proceso de capacitación permanente al recurso humano en el aprovechamiento de las tecnologías y para mejorar el proceso productivo.
  • Incorporar sistemas de riego ante la escasez por el alterado ciclo de lluvias. Los productores señalan que un sistema de riego permite mejorar por encima del 50% el rendimiento de los cultivos y en el caso de la cebolla podría más que duplicarlo. En estos tiempos, la falta de lluvias por el cambio climático hace más dramática la necesidad de disponer de sistemas de riego.
  • En la actividad agropecuaria resulta crucial el conocimiento, la creatividad, la colaboración, la comunicación y sinergias entre los productores; y entre estos y el Estado y el sector académico.
  • Se subrayó la necesidad de una mayor organización o asociatividad de los pequeños productores para mejorar su capacidad producción y de negociación en los mercados de insumos y productos, así como el acceso a tecnologías, asistencia técnica, crédito y capacitación.

DESAFIOS

Los productores a nivel micro enfrentan el gran desafío de mejorar el conocimiento del proceso productivo en su actividad y estar dispuestos a la innovación y al cambio.

Pero el mayor desafío está en los condicionantes que impone el entorno al desarrollo del sector, comenzando con la gran vulnerabilidad que se deriva del cambio climático.

Estos condicionantes externos se deben abordar desde las políticas de Estado. Se requiere un gran esfuerzo de inversión pública en infraestructura para desarrollar los caminos de producción, centros de acopio, sistemas de riego, investigación y desarrollo, adaptación tecnológica, capacitación y formación, asistencia técnica y financiera, entre otras. La prioridad en el pasado no ha sido el sector agropecuario y esa tendencia se debe revertir.
Los servicios financieros no están siempre a disposición del sector agropecuario. Los productores señalan que la banca privada exige garantías muy altas para el crédito agrícola (125%); y que no suele haber financiamiento para la investigación y adaptación tecnológica. Dicen, además, que la “banca no cree en los productores agropecuarios”.
Los productores también subrayan que la gran burocracia estatal condiciona el desempeño del sector, con tiempos excesivos en la gestión de trámites y permisos diversos.
OPORTUNIDADES

A pesar de los problemas y desafíos que enfrenta el sector, los productores también identifican oportunidades.
Señalan que, hasta la fecha, los límites de la expansión agropecuaria no ha estado en el estrecho mercado interno panameño. El límite lo ha impuesto la reducida capacidad productiva del sector y el gran reto es elevar la productividad y poner valor agregado al proceso productivo.

Y no se trata solo de modernizar las grandes explotaciones o empresas. Se trata de sumar a la modernidad a los pequeños y medianos productores e integrarlos con la actividad empresarial más eficiente, a partir de conglomerados (clusters) o de mecanismos horizontales de comercialización.

Muestra de las oportunidades se pueden observar en los rubros en que Panamá es deficitaria y requiere de importaciones para el mercado interno. En el foro se mostraron ejemplos como el arroz o la cebolla en que se podría hasta duplicar los rendimientos tan sólo disponiendo de sistemas de riego todo el año.

El Canal de Panamá también se menciona como otra oportunidad. Los productores agropecuarios no venden productos a los barcos en tránsito, porque no ha habido políticas públicas que lo posibiliten o lo alienten.

Considerando la experiencia de los “hub” exitosos, en diversos foros se ha planteado la posibilidad de impulsar un “hub de productos agrícolas” en Panamá. Sin embargo, a diferencia de quienes conciben esta figura como meras zonas francas, productores panameños plantean que el beneficio potencial para el país y el contexto rural se lograría alimentando el hub con productos nacionales, sobre la base de una mayor productividad y eficiencia. Y que el hub no se quede en una mera actividad de importación y reexportación reproduciendo la experiencia de enclaves económicos no inclusivos en sus beneficios.

En síntesis, los productores nacionales ven muchas oportunidades para la expansión agropecuaria en el país. Y para aprovecharlas se requiere una visión renovada de políticas públicas en apoyo a la innovación, el desarrollo de infraestructura productiva e investigación y desarrollo.

Subrayan que más que subsidios, la sostenibilidad del sector demanda de un mayor apoyo estatal para mejorar el entorno de productividad y competitividad de la agricultura.
Este foro demostró que ya hay productores panameños que avanzan con esta visión renovada.

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