Durante la última década el trabajo por cuenta propia siguió aumentando de manera significativa, coincidente con un ciclo importante de expansión de la economía.
Aunque la inclinación racional de las personas es vincularse a un trabajo formal y de ingresos estables, la dinámica de crecimiento económico es insuficiente para crear empleos asalariados en cantidades necesarias para el conjunto de la fuerza laboral.
En consecuencia, una parte importante de esa población en edad de trabajar debe crearse su propia fuente de sustento con un autoempleo. Y esa es una tendencia que se mantendrá hacia el futuro.
El derrumbe económico de 2020 que destruyó cerca de 290 mil empleos en el conjunto de la economía y alrededor de 260 mil puestos en el sector privado, puso en evidencia esa estrategia de sobrevivencia y se impulsaron miles de emprendimientos en las comunidades, muchos de subsistencia y otros que tendrían alguna potencialidad empresarial, dependiendo de múltiples factores.
En la actualidad más de un tercio de la ocupación total del país es trabajo por cuenta propia y el principal desafío que persiste es cómo asegurarles un trabajo más productivo, con mejores ingresos y con acceso a protección y seguridad social.
El marco de políticas hacia esos objetivos está al alcance del Estado y tiene que ver con programas de inversión pública que enfaticen en objetivos de generación de empleo y productividad, que sean más equitativos en los planos sectorial y regional; con una política renovada de educación y formación más pertinente, comprehensiva e integradora; con iniciativas y acciones en materia de asistencia técnica y comercialización en favor de los pequeños y micronegocios; y con un apoyo más decidido para la organización y asociatividad de los emprendedores y productores.
Las organizaciones de empresarios y trabajadores también deben jugar un papel activo, poniendo a disposición de los emprendedores su experiencia en materia de organización empresarial, comercialización y asociatividad para fortalecer sus capacidades de negociación en el mercado (proveedores – consumidores) y con las instituciones del Estado. Algunas experiencias recientes están bien encaminadas, como “Compra Local, mi empresa es Panamá” de la Cámara de Comercio y los esfuerzos de asociatividad del Sindicato Nacional de Artesanos, afiliado a la Confederación de Trabajadores de la República de Panamá.
CRECIMIENTO Y EMPLEO EN EL LARGO PLAZO
En el largo plazo la creación de empleo depende de la dinámica de crecimiento de la economía, esto es, depende del ritmo de crecimiento del PIB y su capacidad de impactar los diversos sectores y regiones del país (ritmo y dirección).
En la pasada década, hasta previo a la crisis por COVID (2019), la economía panameña tuvo un ciclo expansivo de crecimiento, aunque con una visible desaceleración a partir de 2012 – 2013. En ese período la creación de empleo fue muy dinámica y la tasa de desempleo descendió hasta el 2012, para tomar una tendencia creciente, llegando al 7.1% en 2019 y hacerse explosivo en 2020 con el derrumbe de la economía.
Gráfico 1
(**) Tasa de desempleo de abril de 2022 y estimación oficial del PIB para 2022
Fuente: INEC, Cuentas Nacionales y Encuesta de Mercado Laboral
Sin embargo, ya se ha dicho en diversas cartas socioeconómicas de la FUNTRAB, que el crecimiento no fue inclusivo en el plano sectorial y regional. Y esto se nota en la tendencia hacia una caída visible en la importancia relativa del PIB agropecuario e industrial hasta 2019, ya que el derrumbe del 2020 cambió ligeramente ese comportamiento.
Gráfico 2
Fuente: INEC, Cuentas Nacionales
En el caso del sector minero el inicio de la producción y exportaciones a partir de 2019 se reflejó en un importante aumento de su importancia relativa, y en la actualidad genera alrededor del 7 % del PIB nacional.
El sector construcción registró en el período un extraordinario crecimiento asociado con los proyectos de inversión pública y la ampliación de la plataforma de servicios del país, lo cual se reflejó en un aumento de su importancia relativa en la economía, aunque se debilitó con la desaceleración y aún más con el derrumbe económico.
Gráfico 3
Fuente: INEC, Cuentas Nacionales
Las actividades del transporte, comercio y servicios diversos no registraron cambios significativos en su peso relativo durante esos años, aunque parecen haber resentido el ciclo de desaceleración hasta el año precrisis.
Gráfico 4
Fuente: INEC, Cuentas Nacionales
EMPLEO ENTRE CATEGORIAS DE OCUPACION
La dinámica de crecimiento económico no ha sido capaz de crear empleo asalariado para el conjunto de la fuerza de trabajo, dado el comportamiento demográfico del país.
En los 10 años previos al derrumbe económico por el COVID (2010 – 2019), la economía panameña creó aproximadamente 465 mil empleos, de los cuales 41 de cada 100 fueron empleos asalariados privados o públicos, 4 de cada 100 en el servicio doméstico y 2 de cada 100 nuevos patronos.
Con ese balance, la diferencia (53 de cada 100 personas) tuvo que crearse su propia ocupación como trabajadores independientes o familiares.
Gráfico 5
Fuente: INEC, Encuesta de Mercado Laboral
La dinámica de creación de empleo ha conllevado a una estructura del mercado laboral con un peso creciente del trabajo por cuenta propia sobre el empleo total del país, a pesar del ciclo expansivo de la economía previo a la crisis.
Gráfico 6
Fuente: INEC, Encuesta de Mercado Laboral
Resalta entre 2010 y 2019 la caída del peso relativo del empleo en el sector privado que pasó del 45.4% a 40.9% y el aumento del peso del trabajo por cuenta propia de 30.9% a 36.3%.
Durante el derrumbe económico de 2020 se produce una destrucción masiva de empleos en el sector privado, que acentúa la caída del peso relativo del empleo en este sector respecto a la ocupación total del país. En estos años, el empleo público compensa de manera muy parcial el colapso laboral, mientras que el trabajo por cuenta propia también cae en 2020 y se recupera en el 2021, aunque su peso relativo en este último año todavía es inferior al 2019.
Detrás de este comportamiento expansivo del trabajo por cuenta propia se esconde una tendencia de deterioro en la calidad del empleo, considerando que una proporción creciente de los trabajadores independientes están excluidos de los beneficios de la seguridad social contributiva.
Gráfico 7
Fuente: Estimaciones de FUNTRAB con base en la EML-INEC
Esta realidad tiene serias implicaciones sociales, económicas y fiscales porque esos trabajadores no contribuyen al sostenimiento de la Caja de Seguro Social, no tendrán una pensión en el futuro y demandarán crecientes recursos del programa 120 a los 65.
TRABAJO POR CUENTA PROPIA A NIVEL SECTORIAL
En general, las actividades menos favorecidas por el crecimiento económico son las que tienen una mayor presencia de trabajo por cuenta propia. Esto se nota con mayor claridad en el caso de la agricultura, la actividad más excluida de los beneficios del crecimiento, donde 7 de cada 10 trabajadores son independientes. Esta es una de las actividades con una menor organización empresarial, donde abundan las pequeñas explotaciones y la agricultura de subsistencia con bajos niveles de productividad e ingresos.
En el caso de la industria manufacturera, también con un crecimiento rezagado, alrededor de 5 de cada 10 trabajadores son por cuenta propia, con una productividad inferior al del promedio de la economía. (ver Carta Socioeconómica N° 13 de la FUNTRAB).
Gráfico 8
Fuente: INEC, Encuesta de Mercado Laboral
El transporte y comunicaciones es un sector muy heterogéneo, donde coexisten actividades muy modernas (transporte aéreo, canal, Zonas de exportación, etc.) con otras rezagadas, como una amplia franja del transporte de pasajeros y carga que suelen ser ejercidas por trabajadores independientes. En este sector, el peso del trabajo por cuenta propia es relativamente alto.
Gráfico 9
Fuente: INEC, Encuesta de Mercado Laboral
Las estadísticas disponibles muestran que en la última década, ha habido una tendencia al aumento del peso relativo del trabajo por cuenta propia en el empleo total del país. Esto con excepción de las actividades más intensivas en capital como las finanzas y la minería con su gran impulso de los últimos años. En estas actividades, que son las de mayor productividad de la economía, el trabajo por cuenta propia tiende a ser mínimo.
TRABAJO POR CUENTA PROPIA Y EMPRENDEDURISMO
La dinámica del trabajo por cuenta propia depende del ritmo de crecimiento de la economía y de su capacidad de impactar en el ámbito sectorial y regional.
La experiencia del desempeño económico de la última década dice que aún cuando se regrese a la senda del crecimiento, el trabajo por cuenta propia seguirá en aumento. Esto particularmente, si no se logra un crecimiento más inclusivo en el plano sectorial y regional.
Aunque no se dispone de información sobre ingresos para esa masa de trabajadores independientes, se sabe que la mayoría de ellos se ubican en los tramos más bajos de las remuneraciones. Esto con la excepción de las categorías más calificadas en ocupaciones técnicas (electricistas, soldadores, plomeros, etc.) y en profesiones liberales (ingenieros, abogados, contadores, etc.).
Esta es la razón principal por la cual no se incluyen en el régimen de seguridad social contributivo y enfrentan problemas de precariedad laboral. En situación extrema están los trabajadores independientes del ámbito agropecuario y rural, con los más bajos niveles de productividad, con trabajos irregulares por las características del ciclo agrícola y con escaso acceso a los servicios públicos esenciales, incluyendo la salud, agua potable, electricidad, educación, etc.
Para una gran mayoría de trabajadores independientes, las probabilidades de mejorar la calidad del empleo y los ingresos depende de la posibilidad de expansión de sus negocios. Y esto a su vez depende de las perspectivas de la demanda efectiva de la economía, esto es, de la capacidad de consumo y nivel de ingresos de la población y de las posibilidades de exportar.
Regularmente se suele identificar a los trabajadores por cuenta propia como emprendedores, que potencialmente pueden contribuir a resolver el problema del desempleo. Sin embargo, el concepto emprendedor alude a una persona con capacidades para desarrollar un negocio, audaz, con conocimientos y competencias; condiciones que no tienen muchos trabajadores independientes que se circunscriben al trabajo de subsistencia. Esas capacidades se obtienen en la educación formal, en la formación profesional y en la experiencia.
Pero ya se dijo, que las probabilidades de emprender con éxito también dependen de las posibilidades del mercado, lo cual está fuera de control de los emprendedores de micronegocios. La racionalidad de los números indica que si en un determinado ámbito hay un mercado, por ejemplo de $ 100 mil (mensual) para ocupar a 200 emprendedores y asegurarles un promedio de $500 para comprar cerca de 2 canastas alimentarias oficiales, si se duplica o aumenta significativamente el número de emprendedores con el mismo mercado, gran parte de esos negocios dejarán de tener viabilidad económica y social.
El emprendimiento exitoso también depende del acceso a políticas públicas apropiadas en materia de formación técnica y profesional, inversión en infraestructura, apoyo en comercialización y en la organización de los productores o emprendedores.
CARTA SOCIOECONOMICA N° 22 | EL TRABAJO POR CUENTA PROPIA EN PANAMA, SITUACION Y PERSPECTIVAS
INTRODUCCION
Durante la última década el trabajo por cuenta propia siguió aumentando de manera significativa, coincidente con un ciclo importante de expansión de la economía.
Aunque la inclinación racional de las personas es vincularse a un trabajo formal y de ingresos estables, la dinámica de crecimiento económico es insuficiente para crear empleos asalariados en cantidades necesarias para el conjunto de la fuerza laboral.
En consecuencia, una parte importante de esa población en edad de trabajar debe crearse su propia fuente de sustento con un autoempleo. Y esa es una tendencia que se mantendrá hacia el futuro.
El derrumbe económico de 2020 que destruyó cerca de 290 mil empleos en el conjunto de la economía y alrededor de 260 mil puestos en el sector privado, puso en evidencia esa estrategia de sobrevivencia y se impulsaron miles de emprendimientos en las comunidades, muchos de subsistencia y otros que tendrían alguna potencialidad empresarial, dependiendo de múltiples factores.
En la actualidad más de un tercio de la ocupación total del país es trabajo por cuenta propia y el principal desafío que persiste es cómo asegurarles un trabajo más productivo, con mejores ingresos y con acceso a protección y seguridad social.
El marco de políticas hacia esos objetivos está al alcance del Estado y tiene que ver con programas de inversión pública que enfaticen en objetivos de generación de empleo y productividad, que sean más equitativos en los planos sectorial y regional; con una política renovada de educación y formación más pertinente, comprehensiva e integradora; con iniciativas y acciones en materia de asistencia técnica y comercialización en favor de los pequeños y micronegocios; y con un apoyo más decidido para la organización y asociatividad de los emprendedores y productores.
Las organizaciones de empresarios y trabajadores también deben jugar un papel activo, poniendo a disposición de los emprendedores su experiencia en materia de organización empresarial, comercialización y asociatividad para fortalecer sus capacidades de negociación en el mercado (proveedores – consumidores) y con las instituciones del Estado. Algunas experiencias recientes están bien encaminadas, como “Compra Local, mi empresa es Panamá” de la Cámara de Comercio y los esfuerzos de asociatividad del Sindicato Nacional de Artesanos, afiliado a la Confederación de Trabajadores de la República de Panamá.
CRECIMIENTO Y EMPLEO EN EL LARGO PLAZO
En el largo plazo la creación de empleo depende de la dinámica de crecimiento de la economía, esto es, depende del ritmo de crecimiento del PIB y su capacidad de impactar los diversos sectores y regiones del país (ritmo y dirección).
En la pasada década, hasta previo a la crisis por COVID (2019), la economía panameña tuvo un ciclo expansivo de crecimiento, aunque con una visible desaceleración a partir de 2012 – 2013. En ese período la creación de empleo fue muy dinámica y la tasa de desempleo descendió hasta el 2012, para tomar una tendencia creciente, llegando al 7.1% en 2019 y hacerse explosivo en 2020 con el derrumbe de la economía.
Gráfico 1
(**) Tasa de desempleo de abril de 2022 y estimación oficial del PIB para 2022
Fuente: INEC, Cuentas Nacionales y Encuesta de Mercado Laboral
Sin embargo, ya se ha dicho en diversas cartas socioeconómicas de la FUNTRAB, que el crecimiento no fue inclusivo en el plano sectorial y regional. Y esto se nota en la tendencia hacia una caída visible en la importancia relativa del PIB agropecuario e industrial hasta 2019, ya que el derrumbe del 2020 cambió ligeramente ese comportamiento.
Gráfico 2
Fuente: INEC, Cuentas Nacionales
En el caso del sector minero el inicio de la producción y exportaciones a partir de 2019 se reflejó en un importante aumento de su importancia relativa, y en la actualidad genera alrededor del 7 % del PIB nacional.
El sector construcción registró en el período un extraordinario crecimiento asociado con los proyectos de inversión pública y la ampliación de la plataforma de servicios del país, lo cual se reflejó en un aumento de su importancia relativa en la economía, aunque se debilitó con la desaceleración y aún más con el derrumbe económico.
Gráfico 3
Fuente: INEC, Cuentas Nacionales
Las actividades del transporte, comercio y servicios diversos no registraron cambios significativos en su peso relativo durante esos años, aunque parecen haber resentido el ciclo de desaceleración hasta el año precrisis.
Gráfico 4
Fuente: INEC, Cuentas Nacionales
EMPLEO ENTRE CATEGORIAS DE OCUPACION
La dinámica de crecimiento económico no ha sido capaz de crear empleo asalariado para el conjunto de la fuerza de trabajo, dado el comportamiento demográfico del país.
En los 10 años previos al derrumbe económico por el COVID (2010 – 2019), la economía panameña creó aproximadamente 465 mil empleos, de los cuales 41 de cada 100 fueron empleos asalariados privados o públicos, 4 de cada 100 en el servicio doméstico y 2 de cada 100 nuevos patronos.
Con ese balance, la diferencia (53 de cada 100 personas) tuvo que crearse su propia ocupación como trabajadores independientes o familiares.
Gráfico 5
Fuente: INEC, Encuesta de Mercado Laboral
La dinámica de creación de empleo ha conllevado a una estructura del mercado laboral con un peso creciente del trabajo por cuenta propia sobre el empleo total del país, a pesar del ciclo expansivo de la economía previo a la crisis.
Gráfico 6
Fuente: INEC, Encuesta de Mercado Laboral
Resalta entre 2010 y 2019 la caída del peso relativo del empleo en el sector privado que pasó del 45.4% a 40.9% y el aumento del peso del trabajo por cuenta propia de 30.9% a 36.3%.
Durante el derrumbe económico de 2020 se produce una destrucción masiva de empleos en el sector privado, que acentúa la caída del peso relativo del empleo en este sector respecto a la ocupación total del país. En estos años, el empleo público compensa de manera muy parcial el colapso laboral, mientras que el trabajo por cuenta propia también cae en 2020 y se recupera en el 2021, aunque su peso relativo en este último año todavía es inferior al 2019.
Detrás de este comportamiento expansivo del trabajo por cuenta propia se esconde una tendencia de deterioro en la calidad del empleo, considerando que una proporción creciente de los trabajadores independientes están excluidos de los beneficios de la seguridad social contributiva.
Gráfico 7
Fuente: Estimaciones de FUNTRAB con base en la EML-INEC
Esta realidad tiene serias implicaciones sociales, económicas y fiscales porque esos trabajadores no contribuyen al sostenimiento de la Caja de Seguro Social, no tendrán una pensión en el futuro y demandarán crecientes recursos del programa 120 a los 65.
TRABAJO POR CUENTA PROPIA A NIVEL SECTORIAL
En general, las actividades menos favorecidas por el crecimiento económico son las que tienen una mayor presencia de trabajo por cuenta propia. Esto se nota con mayor claridad en el caso de la agricultura, la actividad más excluida de los beneficios del crecimiento, donde 7 de cada 10 trabajadores son independientes. Esta es una de las actividades con una menor organización empresarial, donde abundan las pequeñas explotaciones y la agricultura de subsistencia con bajos niveles de productividad e ingresos.
En el caso de la industria manufacturera, también con un crecimiento rezagado, alrededor de 5 de cada 10 trabajadores son por cuenta propia, con una productividad inferior al del promedio de la economía. (ver Carta Socioeconómica N° 13 de la FUNTRAB).
Gráfico 8
Fuente: INEC, Encuesta de Mercado Laboral
El transporte y comunicaciones es un sector muy heterogéneo, donde coexisten actividades muy modernas (transporte aéreo, canal, Zonas de exportación, etc.) con otras rezagadas, como una amplia franja del transporte de pasajeros y carga que suelen ser ejercidas por trabajadores independientes. En este sector, el peso del trabajo por cuenta propia es relativamente alto.
Gráfico 9
Fuente: INEC, Encuesta de Mercado Laboral
Las estadísticas disponibles muestran que en la última década, ha habido una tendencia al aumento del peso relativo del trabajo por cuenta propia en el empleo total del país. Esto con excepción de las actividades más intensivas en capital como las finanzas y la minería con su gran impulso de los últimos años. En estas actividades, que son las de mayor productividad de la economía, el trabajo por cuenta propia tiende a ser mínimo.
TRABAJO POR CUENTA PROPIA Y EMPRENDEDURISMO
La dinámica del trabajo por cuenta propia depende del ritmo de crecimiento de la economía y de su capacidad de impactar en el ámbito sectorial y regional.
La experiencia del desempeño económico de la última década dice que aún cuando se regrese a la senda del crecimiento, el trabajo por cuenta propia seguirá en aumento. Esto particularmente, si no se logra un crecimiento más inclusivo en el plano sectorial y regional.
Aunque no se dispone de información sobre ingresos para esa masa de trabajadores independientes, se sabe que la mayoría de ellos se ubican en los tramos más bajos de las remuneraciones. Esto con la excepción de las categorías más calificadas en ocupaciones técnicas (electricistas, soldadores, plomeros, etc.) y en profesiones liberales (ingenieros, abogados, contadores, etc.).
Esta es la razón principal por la cual no se incluyen en el régimen de seguridad social contributivo y enfrentan problemas de precariedad laboral. En situación extrema están los trabajadores independientes del ámbito agropecuario y rural, con los más bajos niveles de productividad, con trabajos irregulares por las características del ciclo agrícola y con escaso acceso a los servicios públicos esenciales, incluyendo la salud, agua potable, electricidad, educación, etc.
Para una gran mayoría de trabajadores independientes, las probabilidades de mejorar la calidad del empleo y los ingresos depende de la posibilidad de expansión de sus negocios. Y esto a su vez depende de las perspectivas de la demanda efectiva de la economía, esto es, de la capacidad de consumo y nivel de ingresos de la población y de las posibilidades de exportar.
Regularmente se suele identificar a los trabajadores por cuenta propia como emprendedores, que potencialmente pueden contribuir a resolver el problema del desempleo. Sin embargo, el concepto emprendedor alude a una persona con capacidades para desarrollar un negocio, audaz, con conocimientos y competencias; condiciones que no tienen muchos trabajadores independientes que se circunscriben al trabajo de subsistencia. Esas capacidades se obtienen en la educación formal, en la formación profesional y en la experiencia.
Pero ya se dijo, que las probabilidades de emprender con éxito también dependen de las posibilidades del mercado, lo cual está fuera de control de los emprendedores de micronegocios. La racionalidad de los números indica que si en un determinado ámbito hay un mercado, por ejemplo de $ 100 mil (mensual) para ocupar a 200 emprendedores y asegurarles un promedio de $500 para comprar cerca de 2 canastas alimentarias oficiales, si se duplica o aumenta significativamente el número de emprendedores con el mismo mercado, gran parte de esos negocios dejarán de tener viabilidad económica y social.
El emprendimiento exitoso también depende del acceso a políticas públicas apropiadas en materia de formación técnica y profesional, inversión en infraestructura, apoyo en comercialización y en la organización de los productores o emprendedores.
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