En 2019 la economía panameña no ha superado el ciclo de desaceleración que trae desde años previos. La Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL) proyecta un crecimiento del 3.7% anual para el año corriente. Hasta el segundo trimestre, el crecimiento acumulado del PIB era del 3.2% comparado con igual período de 2018, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la Contraloría General de la República (INEC).
La persistente desaceleración ha tenido un efecto adverso en el mercado de trabajo y su costo se ha pagado con una mayor desocupación y un deterioro de la calidad del empleo.
El número de desempleados ascendió a 146 mil trabajadores en agosto de 2019, para una tasa de desempleo de 7.1% contra 6% del año previo. Es decir, cerca de 28 mil personas se sumaron a las filas del desempleoLa juventud (15 a 24 años) es la más afectada con
cerca de 61 mil desempleados que buscan activamente empleo y no lo encuentran. Su tasa de desempleo (18.1%) es 3.7 veces la correspondiente a las edades más adultas (25 y más). Los jóvenes siguen. enfrentando los riesgos de una frustración creciente por ser rechazados y subvalorados en el mercado laboral.
Así mismo, las mujeres siguen enfrentando desventajas en las oportunidades de empleo con una tasa de desempleo superior a la de los varones (8.8% versus 5.8%). En el sector de la empresa privada se perdieron en términos netos cerca de 18 mil empleos (entre asalariados y patronos), la mayoría de ellos en el sector construcción.
Esta pérdida fue compensada por un aumento de la ocupación por cuenta propia y en el servicio doméstico. Es decir, el incremento neto en la ocupación total del país corresponde a trabajo por cuenta propia, familiar y en el servicio doméstico, que perciben los ingresos más bajos y en su mayoría están excluidos de la cotización a la Caja de Seguro Social.
Por esta razón, el empleo informal, que es sobre todouna construcción analítica compleja, siguió aumentando hasta situarse en 44.9% del empleo no agrícola. Panamá sigue enfrentando el desafío de avanzar hacia un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible y hacia el objetivo del pleno empleo y trabajo decente de la agenda 2030 de las Naciones Unidas (octavo ODS).
Le corresponde a la nueva administración gubernamental enrumbar las políticas públicas hacia ese objetivo estratégico. Y esto implicará propiciar un mejor balance en la distribución de los beneficios del crecimiento en los planos sectorial, regional y social; para lo cual se requiere alinear los instrumentos de política en materia de inversión pública, salud, educación y formación profesional para favorecer el desarrollo del capital humano, la productividad, competitividad e inclusión social.
Perspectiva Laboral 2019 dedica una sección a reflexionar sobre los desafíos de la formación profesional en Panamá. Este es uno de los pocos temas en que las organizaciones de los sectores productivos y la Academia han logrado una visión compartida. Esta visión se sintetiza en una propuesta de 19 acciones para “aumentar el empleo, la productividad y la inclusión social con más y mejor
formación técnica y profesional” (noviembre de 2014).
Esta propuesta tiene plena vigencia y para implementarla se requiere el compromiso político de
fortalecer el INADEH desde el punto de vista presupuestario y de su autonomía. Como parte de esta reflexión la FUNTRAB plantea
algunas prioridades para avanzar en el fortalecimiento institucional que interesa a todos. Esta publicación ha estado bajo responsabilidad principal de Miguel Del Cid, Asesor General de la
Perspectiva Laboral, Panamá 2019 – Visión de corto plazo y desafíos de la formación profesional
En 2019 la economía panameña no ha superado el ciclo de desaceleración que trae desde años previos. La Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL) proyecta un crecimiento del 3.7% anual para el año corriente. Hasta el segundo trimestre, el crecimiento acumulado del PIB era del 3.2% comparado con igual período de 2018, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la Contraloría General de la República (INEC).
La persistente desaceleración ha tenido un efecto adverso en el mercado de trabajo y su costo se ha pagado con una mayor desocupación y un deterioro de la calidad del empleo.
El número de desempleados ascendió a 146 mil trabajadores en agosto de 2019, para una tasa de desempleo de 7.1% contra 6% del año previo. Es decir, cerca de 28 mil personas se sumaron a las filas del desempleoLa juventud (15 a 24 años) es la más afectada con
cerca de 61 mil desempleados que buscan activamente empleo y no lo encuentran. Su tasa de desempleo (18.1%) es 3.7 veces la correspondiente a las edades más adultas (25 y más). Los jóvenes siguen. enfrentando los riesgos de una frustración creciente por ser rechazados y subvalorados en el mercado laboral.
Así mismo, las mujeres siguen enfrentando desventajas en las oportunidades de empleo con una tasa de desempleo superior a la de los varones (8.8% versus 5.8%). En el sector de la empresa privada se perdieron en términos netos cerca de 18 mil empleos (entre asalariados y patronos), la mayoría de ellos en el sector construcción.
Esta pérdida fue compensada por un aumento de la ocupación por cuenta propia y en el servicio doméstico. Es decir, el incremento neto en la ocupación total del país corresponde a trabajo por cuenta propia, familiar y en el servicio doméstico, que perciben los ingresos más bajos y en su mayoría están excluidos de la cotización a la Caja de Seguro Social.
Por esta razón, el empleo informal, que es sobre todouna construcción analítica compleja, siguió aumentando hasta situarse en 44.9% del empleo no agrícola. Panamá sigue enfrentando el desafío de avanzar hacia un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible y hacia el objetivo del pleno empleo y trabajo decente de la agenda 2030 de las Naciones Unidas (octavo ODS).
Le corresponde a la nueva administración gubernamental enrumbar las políticas públicas hacia ese objetivo estratégico. Y esto implicará propiciar un mejor balance en la distribución de los beneficios del crecimiento en los planos sectorial, regional y social; para lo cual se requiere alinear los instrumentos de política en materia de inversión pública, salud, educación y formación profesional para favorecer el desarrollo del capital humano, la productividad, competitividad e inclusión social.
Perspectiva Laboral 2019 dedica una sección a reflexionar sobre los desafíos de la formación profesional en Panamá. Este es uno de los pocos temas en que las organizaciones de los sectores productivos y la Academia han logrado una visión compartida. Esta visión se sintetiza en una propuesta de 19 acciones para “aumentar el empleo, la productividad y la inclusión social con más y mejor
formación técnica y profesional” (noviembre de 2014).
Esta propuesta tiene plena vigencia y para implementarla se requiere el compromiso político de
fortalecer el INADEH desde el punto de vista presupuestario y de su autonomía. Como parte de esta reflexión la FUNTRAB plantea
algunas prioridades para avanzar en el fortalecimiento institucional que interesa a todos. Esta publicación ha estado bajo responsabilidad principal de Miguel Del Cid, Asesor General de la
FUNTRAB.
Panamá, 12 de diciembre de 2019
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